Un arma de dos filos, una dualidad en la interpretación de las emociones más profundas como motor de la inspiración artística y la importancia de saber vulnerarnos sin perdernos en el intento.

Un arma de dos filos, una dualidad en la interpretación de las emociones más profundas como motor de la inspiración artística y la importancia de saber vulnerarnos sin perdernos en el intento.
¿Podría algo existir sin la concepción de su posible ausencia? La existencia produce la falta y viceversa; una compleja paradoja en nuestro entendimiento de la realidad. El silencio así se manifiesta, representando la ausencia pero probando una existencia.
¿Por qué creamos? Muchas veces he sentido que mi mejor inspiración nace de mi peor dolor. ¿Será que el arte es un mecanismo de defensa? ¿Puede también el arte que creamos, desgarrar aún más la herida? ¿Por qué creamos? Me pregunto de nuevo.